Un parto en el hospital.

parto en el hospital

Un parto en el hospital.

Hoy una mujer maravillosa, mamá de dos niños, fuerte y guerrera como pocas, nos relata su primer parto en un hospital de Sevilla.

La mayoría de nuestros recuerdos del día del parto, están sujetos a las vivencias positivas o negativas que vivimos con los profesionales que nos atendieron. Su amabilidad, una sonrisa, o la forma en la que nos explicaron determinados procedimientos. Pero eso, no tiene que dejar escapar que los profesionales sanitarios tenemos que seguir formándonos y renovar nuestra praxis, según las recomendaciones y actualizaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Hasta aquí mi pequeña reivindicación, ahora os dejo con ella.

Gracias por contarnos tu parto en el hospital, y enriquecernos con tu experiencia.

Mi parto en el hospital de Valme (Sevilla)

PRÓDROMOS EN CASA – Empieza mi día de parto 

24 de abril de 2012

            Eran aproximadamente las 5 de la madrugada cuando me levanté para ir al baño. Estaba de 37+5 semanas, y de repente un líquido, que no era pipí, jeje, recorría mis piernas. Había roto la bolsa…”no pasa nada”, pensé, el líquido era transparente. Nos habían explicado en la preparación al parto los diferentes tipos de líquido amniótico que nos podíamos encontrar al romper la bolsa. El mío era normal. Así que tranquilamente me duché y preparé las cosas para ir al hospital. Sabía que no estaba de parto aún, pero era cuestión de horas que lo estuviera.

Una vez duchada, limpita y sequita (muy puesta yo), me puse a organizarlo todo. Creía que ya no me volvería a empapar de líquido… ¡pues no fue así! ¡claro que no! Y ahora lo sé, el líquido se va regenerando y al estar la bolsa rota sigue saliendo. Es decir, que me puse otra vez chorreando, una y otra vez…, así que decidí coger una toalla para manchar lo menos posible el coche.

 ¡Todo dispuesto!

Nos vamos para el hospital de Valme. Llegamos a urgencias sobre las 7 de la mañana, donde me exploraron y me monitorizaron para comprobar cómo iban las contracciones. Efectivamente, el parto ya estaba en marcha, así que me dejaron ingresada en planta. Estando en la habitación sobre las 9 de la mañana comenzaron las contracciones, esas que ya no se aguantan tan bien.

PARTO ACTIVO – En el hospital

Este era mi primer embarazo y la verdad no había hecho una buena preparación del suelo pélvico y abdomen. Cosa que sí hice en el segundo y agradecí muchísimo, pero eso ya os lo contaré otro día.

Por donde iba…, ah! sí! las contracciones. No os voy a decir que no duele porque mentiría, duelen bastante. Pero es un dolor dulce diría yo, porque detrás de esas horas de dolor habrá una bonita recompensa. Ese deseado reencuentro con nuestro bebé después de tantos meses imaginando y soñando con su llegada.

Contracciones, muchas contracciones, te agachas, te levantas, te tumbas, quieres trepar por las paredes…no paré de moverme, el cuerpo me lo pedía.

Lo bueno es que el dolor viene pero luego se va y te deja recuperarte. Aunque no te confíes, porque viene de nuevo, jeje.

EPIDURAL – Trabajo de parto en el hospital

Serían las 2 de la tarde aproximadamente cuando llamé al enfermero porque ya no podía más. Quería la epidural, lo tenía claro, ¡la quería más que nunca!. Hasta los 4 cm no suelen ponerla y por suerte para mí, estaba dilatada de 4 cm. Así que allá fuimos a quirófano a ponerme la epidural, te dicen que te tienes que quedar muy quieta, aunque te duela. Ahí estaba yo como una estatua deseando dejar de sentir dolor. Que suerte la mía, a los minutos el dolor desapareció.

He de decir que me pusieron muy bien la epidural.

Notaba las contracciones sin que fueran dolorosas y podía flexionar las piernas.

Esto es una gran ventaja para seguir conectada con el trabajo de dilatación, para no quedarme todo el rato tumbada boca arriba sin moverme.

Me llevaron a monitores, dónde me pusieron una vía. A partir de ahora debía estar tumbada y monitorizada en todo momento para controlar los latidos del bebé y la intensidad de las contracciones. Hasta una siestecita me eché.

EXPULSIVO – Parto en el hospital de Valme

La matrona iba y venía, me exploraba para ver cómo iba la dilatación hasta que una de las veces dijo…¡esto ya está! Estas de 10 cm, eso fue alrededor de las 7 de la tarde. La matrona fue muy amable, e incluso me puso un espejo para que viera como asomaba la cabecita de mi bebé. Allí estaba él, asomando esa mata de pelo negro.

¡Había llegado el momento! 

Era cuestión de minutos, el que pudiera conocer a mi pequeño. Nos fuimos a paritorio y en cuestión de 20 minutos tenía encima a mi bebé. Mi pareja estaba a un lado y al otro una enfermera dándome la mano, fueron unos 6 o 7 pujos, creo recordar.

Lo más doloroso fue cuando la matrona se echó encima de mi barriga para ayudar a empujar al bebé. En ese momento creí que me partiría por la mitad, aunque fueran unos segundos. Ahora sé que esta maniobra no esta recomendada por la OMS…pero no entonces.

Me desgarré un poco y me cogieron unos 4 puntos. Pero la recuperación fue muy rápida.

POR FIN CONMIGO

parto en el hospital

Al dar a luz tuve la sensación de triunfo más grande de mi vida, y arropar a mi hijo entre mis brazos por primera vez, el sentimiento de amor más infinito que una persona pudiera tener.

En ese momento se paró el tiempo, no existía el dolor, no sentía nada, sólo amor.

 

Espero que te haya emocionado tanto cómo a mi este bonito parto en el hospital. Si estás embarazada ¿has pensado cómo será tu parto?

Si te ha gustado déjame tu comentario abajo.

Acerca de Erika Nieto:

Soy Erika, y ayudo a mujeres en las diferentes etapas de su vida, a resolver sus problemas de suelo pélvico para conseguir disminuir su dolor, incontinencia o debilidad de sus músculos, así como acompañarlas en su embarazo y recuperación postparto. Y lo hago a través de un método propio, donde aúno los conocimientos de la fisioterapia y mi experiencia de más de 10 años. 

Queremos ayudarte…¿empezamos?

 

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